La mañana amaneció entre nubes que presagiaban un día estupendo.
Y volvimos remontar la pista desde Robledo de Caldas hasta la cabaña.
Y después de un pequeño rodeo pudimos por fin encarar las vías de escalada.

La vía no era complicada, 3 largos con algún paso de V en el primer largo, IV en el segundo y III en el tercero. En un periquete Sandra estaba lista para merendarse el primer largo.

Mira que "salá", parece que no ha roto un plato en su vida...




A continuación era el turno de de Rosi y Juan que tuvieron un dura lucha para recuperar un hexcéntrico que la pared había decidido quedarse ( lo que se da no se quita :-).
Finalmente, victoriosos con las manos llenas de arañazos y el hexcéntrico entre los dientes, llegaron a la primera reunión donde Juan dio el relevo y siguió con el segundo largo.

Decidimos seguir encordados en el último largo aunque eramuy facilito y no hacia falta. Este le toco a Sandra y lo resolvió sin ningún percance.
Ya en la cumbre lo celebramos con unas barritas energéticas mientras disfrutábamos de las vistas de las Ubiñas.
Mientras bajabamos a Caldas nos alcanzó la noche y pudimos difrutar de las estrellas. Un día completo.
1 comentario:
Acaso rompo yo muchos platos??? :-)
Publicar un comentario