El objetivo del día era el pico Fariñentu que prometía unas vistas estupendas sobre los Fontanes y la Peña Ubiña.
Empezamos la marcha hacia el valle de las Estacas.
Las nubes, iban y venían de forma caprichosa, formando formas y paisajes increíbles...
...para, después, cerrarse totalmente sobre nosotros.
Seguimos avanzando por el valle de las Estacas y después empezamos a remontar el valle de Valines. La niebla era cada vez más densa y, por un momento, nos hizo sentir una sensación de desorientación inquietante.
De repente, cuando empezábamos a pensar que seguir avanzando entre la niebla no merecía la pena, emergimos sobre un precioso mar de nubes. A nuestra espalda apareció el Siegalavá.
Y sobre el Tuiza, totalmente oculto por las nubes en ese momento, surgió la inconfundible silueta de la Tesa, la Mesa y Almagrera.
Encontrarnos en aquel lugar en ese momento y poder disfrutar de aquellas vistas tan increíbles nos hizo sentir privilegiados. Nos quedamos largo rato allí, embobados, sin movernos, en silencio. Felices de haber emprendido un camino que nos regala sensaciones y experiencias como aquella a cambio de nuestro sudor, y felices de ser capaz de apreciarlas.
Finalmente proseguimos por el valle de Corrales y enfilamos las últimas rampas que precedían la cumbre del Fariñentu.
Poco a poco el mar de nubes fue deshaciéndose, barrido por el viento, como si no hubiese estado allí nunca.
Poco después alcanzábamos la aérea cumbre del Fariñentu ( 2.174 m).
Las vistas estupendas:
Peña Ubiña Pequeña y Peña Ubiña
Siete y Fontanes, Peña Ubiña a la izquierda
Picos de Europa
Ya solo nos quedaba bajar a Tuiza disfrutando de una magnífica tarde de sol.
2 comentarios:
Muy guapos.
Llegamos en... 7 minutos!
Ahora ya no me creen cuando digo esto!!!! Porqué será?
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