miércoles, 13 de enero de 2010

Una noche en la Cabaña de Verónica

Después de un largo día llegamos a la Cabaña Verónica. Tal como esperábamos no hay nadie allí. Por la mañana habíamos intentado hablar con la Cabaña por radio desde el Refugio Uriellu, pero no tuvimos respuesta. Solo silencio.

De Cantábrica.Picos de Europa.Horcados Rojos y Tesorero


El silencio es lo que ocupa la Cabaña Verónica la mayor parte del tiempo desde que se fue Mariano.

Mientras colocamos nuestras cosas no podemos reprimir la sensación de estar ocupando la casa de otra persona. El nuevo guarda ha dejado un cartel "Estoy a portear", esta noche la dormirá en el valle. Es increíble que Mariano viviese allí durante casi 25 años, todos los días del año, incluso en invierno.

De Cantábrica.Picos de Europa.Horcados Rojos y Tesorero


La cena es rápida. No queremos gastar el agua que hemos traído desde la Vega de Urriellu así que damos sorbos muy pequeños. Sabemos que necesitamos hidratarnos después del esfuerzo del día de hoy y que mañana nuestro rendimiento bajara mucho si no bebemos más, pero no hemos querido transportar más agua.

En la Cabaña Verónica hay unas garrafas grandes de agua, pero no las tocamos. Alguien las ha subido desde algún lugar y nos parece una falta de respeto beber el agua con la que cuentan otros.

Aquí, en el interior de los Picos de Europa, algunas de las condiciones mínimas para la supervivencia son un lujo. Y más que nada el agua, que se filtra a través de la piedra caliza y reaparece muchos metros más abajo, en los valles. En la montaña solo hay agua para quien sepa encontrar alguna de las pocas fuentes que nacen para desaparecer unos metros más abajo.

De Cantábrica.Picos de Europa.Horcados Rojos y Tesorero


La luz del sol se va apagando y nosotros nos vamos al saco después de estar un rato hablando en la oscuridad. El viento sacude nuestro platillo volador y el frío empieza a apretar. Durante la noche el termómetro baja de los 5 ºC dentro de la Cabaña.

Las pequeñas ventanas están empañadas por la mañana. Fuera llueve y la niebla envuelve todo. Con este tiempo no podremos subir a Peña Vieja, así que nos preparamos para bajar a El Cable y nos abrigamos bien antes de abrir la puerta de la Cabaña. Al menos podremos bebernos el agua que teniamos reservada para la ascensión.

4 comentarios:

Sandra dijo...

Fué una noche... diferente!
Poca luz, poca comida, poco agua y bastante frío, la combinación perfecta para pasar 11 horas metido en el saco!!
Y con estos dos, que duermen como las marmotillas, menos mal que yo también tenía sueño, y el sonido del viento hace milagros....

Casía dijo...

¡que valientes sois!

Grupo de Montaña Cabritas Ayllon dijo...

@Sandra: no te quejes tanto... si andas por ahí intentando convencer a cualquier para volver a por Peña Vieja haciendo noche en la Cabaña. ¡Con el frío que tiene que hacer ahora!

@Casia: gracias por tu comentario ... pero la verdad es que no es para tanto ¡Los valientes de verdad duermen al raso y en calzoncillos ;-) !

Sandra dijo...

Bueno, bueno... tanto como cuaquiera no!! Pero sí que me gustaría hace Peña Vieja, si hay alguien que se anime, eso de dormir en la Cabaña igual se puede discutir!!! :-)