lunes, 9 de abril de 2012

El Chaltén... el fin del mundo

Llegando a El Chalten, cruzamos los límites del Parque Nacional de los Glaciares. Ahora, a la luz del sol, los gigantes que rodean el poblado siguen impresionando tanto como la noche anterior.

Echamos una mirada con curiosidad a la cabaña del guardia, sabemos que para escalar las montañas de la zona hay que pedir un permiso allí... no hay nadie. Nosotros tampoco vamos a escalara así que pasamos de largo.


El Chalten fue fundado en 1985 debido a unas disputas entre Argentina y Chile por límites territoriales. Al principio solo había 13 casas ocupadas en su mayor parte por funcionarios y policías.


Nada más entrar a El Chalten, capital nacional del senderimo, nos damos cuenta que su condición de "campamento" no ha cambiado tanto desde 1985.


Solo las las dos calles principales están asfaltados. Las demás son de tierras.


Las cabañas de madera y las caravanas (ancladas con cables de acero para que no las derribe el viento) se encuentran por todos lados.


También hay muchos hoteles que se han ido construyendo por su éxito turístico, algunas tiendas y restaurantes de lujo. Todo junto constituye una extraña mezcla... pero cualquier lugar resulta acogedor cuando empieza a soplar el viento de la Patagonía.




Incluso hay una gasolinera que se pasa la mayor parte del tiempo con el cartel de "NO HAY NAFTA" puesto.


Y todo esto a 130 kilómetros de Tres Lagos y a 240 kilómetros de El Calafate, las "ciudades" más cercanas.
Si el fin del mundo existe... se debe parecer mucho a El Chalten.

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