Pero fíjate que cosas, el espolón de la cumbre central del Curavacas le da sombra al corredor durante la primera parte del día y, al ser orientación sur, la nieve estaba mucho más transformada. Así que la Canal Sur estaba en perfectas condiciones madrugando un poco.
A las 9:00 de la mañana hacían cumbre unos vascos que habían subido por la Canal Sur... con unos perros que les habían seguido desde Vidrieros!!!
Nos cruzamos con ellos cuando bajaban por el Callejo Grande. Nos dio un poco de "pelusilla", para que nos vamos a engañar, pero íbamos a disfrutar la montaña de todas formas :-)
Por fin ganamos la arista y, poco después, la cumbre.
Bajando ocurrió la anécdota del día. Acabábamos de llegar a la pedrera (1.900 m) y nos sentamos para quitarnos los crampones cuando un poco más abajo apareció Juan!
Era el único que no había venido a hacer la ruta por que el día de antes, en el Espigüete, había perdido los guantes de nieve y un piolet y no había querido venir si ellos...
Así que por la mañana había subido para el Espigüete otra vez a ver si los encontraba. Al final los había encontrado en la pedrera sur, a unos metros por debajo de la cumbre (2.100 m)... Y como todavía era temprano había salido disparado para Vidrieros.
A Sandra siempre le da pena bajarse de la montaña así que desde el principio estuvo convencida de volver a subir otra vez toooooodo el Callejo Grande para que Juan pudiese hacer cumbre. Así que otra vez para arriba ;-)
Ya con las últimas luces del día llegamos a Vidrieros. No habíamos subido por la Canal Sur... pero Sandra había subido a la cumbre dos veces en un día.
¡No creo que haya mucha gente que pueda decir lo mismo!
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