Nos decidimos a ascenderla en invierno para evitar calor y la masificación que hay en esta zona en verano y el día 23 de febrero, a primera hora de la mañana, estábamos listos para comenzar la ascensión.
Un tranquilo paseo a través de un bosquecillo nos llevó al inicio de la empinada pedrera pasando por varias zonas de escalada deportiva.
Desde allí pudimos observar las vistas de la comarca y tomar un respiro antes de comenzar la pesada subida.
Una vez en la cumbre pudimos observar las vistas que nos rodeaban, un espectáculo sobrecogedor en todas las direcciones.
El Peñón de Ifach (Calpe) y Benidorm frente a nosotros.
Toda la costa levantina a nuestros pies.
Y la sierra de Aitana a nuestra espalda.
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